El liderazgo
implica desarrollar una buena comunicación en el sentido más lato de la
palabra, especialmente la empatía o estrategias de relaciones públicas. Supone
conocer a las personas y clientes para mejorar las relaciones. Las
personas de toda organización por ser emprendedoras deben saber conocer a los
diversos tipos de públicos que son la base de la prosperidad personal y social. Según
la psicología de la comunicación, las percepciones que se forman de un
determinado impacto gobiernan nuestra manera de ver las cosas y guían nuestra
conducta en el futuro. Son esas sensaciones interiores que resultan de una
impresión, impactando en los sentidos.
Pensemos
en la relación de pareja. Los cónyuges se aman y se llevan de maravilla. El
esposo siempre fue cariñoso, servicial y responsable. Sin embargo, en
determinada circunstancia sale con otra dama que no es su esposa.
Probablemente,
cada vez que los esposos pasen por una crisis matrimonial, la esposa recordará
siempre la “aventura” de su consorte. Ella no recordará los cientos buenos
momentos que experimentó, sino en el único incidente que tuvo con su esposo.
La
percepción en relaciones públicas no sólo está en el lado nuestro, sino también
en el otro lado de la orilla. Si queremos cambiar la situación empecemos por
nosotros mismos. Debemos cambiar nuestras percepciones.
Por
ejemplo, la percepción que se tiene del éxito personal depende mucho, no sólo
del esfuerzo y sacrificio, sino también de la imagen pública que se proyecta.
Las actitudes, conductas y habilidades serán la carta de presentación de las
personas. Actualmente, muchos gurúes de la administración moderna y liderazgo
personal utilizan a las relaciones públicas como herramienta para fomentar una
actitud mental positiva. La globalización ha roto muchos paradigmas,
entendiéndose que un paradigma es una teoría, explicación o modelo de alguna
cosa. Las relaciones públicas han permitido que la empatía y la percepción sean
vistas ahora desde otra óptica en el campo de la comunicación social.
Los
psicólogos de la comunicación han investigado diversas conductas acerca del
impacto que tiene la aplicación de las relaciones públicas en diversos
públicos. Para algunas personas un símbolo puede representar una cosa, pero
para otras, todo lo contrario. Dependerá mucho del tipo de paradigma que hemos
adoptado o creído. Todos nosotros tenemos mapas en la cabeza, que pueden clasificarse
en dos categorías principales: mapas del modo en que son las cosas o
realidades, y mapas del modo en que deberían ser.
Sin
embargo, desde esta perspectiva no todos los cambios de paradigma siguen la
misma dirección positiva. Si bien es cierto que todo cambio genera poderosas
transformaciones, también es real que nuestros paradigmas, correctos o
incorrectos, serán siempre las fuentes de nuestras actitudes y conducta, y en
última instancia de nuestras relaciones con los demás.
De
ahí la importancia de cambiar los paradigmas para bien. No todos los cambios de
paradigma son rápidos, dependerá mucho del nivel académico de la persona y de
la abstracción que ésta tenga de la realidad concreta.
¿Ahora,
un paradigma es bueno o malo? En la mayor parte de las personas cuando los
paradigmas están basados en principios, entonces son buenos. Pero, sí solamente
tienen sus fundamentos en la tradición o costumbres, entonces podrían limitar
la visión de futuro de la persona. Un paradigma es la fuente de la que fluyen
actitudes y conductas. Es como un par de lentes que afecta el modo en que vemos
las cosas.
Muchos
principios son como los faros. Son leyes naturales que no se pueden quebrantar.
De ahí la necesidad de tener primero buenos principios para después exigir o
comprender a los clientes. Un buen negocio o buena relación amical dependerá
mucho de cómo usted trata a su interlocutor. Tal vez, puede vender un producto
ahora o ganar una conversación, pero perderá a un amigo o cliente toda su vida.
Lo más importante, no es vender ahora, sino ganar un cliente para toda la vida
del negocio. Revise cuáles son sus principios y percepciones, y póngalas en
práctica cada vez que converse con un potencial cliente.
Desde
los tiempos antiguos ya se hablaba de principios morales que no se pueden
violar. Estas normas son más principios que paradigmas. Por ejemplo, la bondad,
rectitud, integridad, honestidad, dignidad, servicio, paciencia, entre otras
virtudes son principios que incluso pueden derivarse en paradigmas.
Lo
que se requiere es que el emprendedor sepa más de principios y lo practique
para asegurarse mejores prácticas empresariales para el negocio.
¿Ahora
cómo aterrizamos lo escrito líneas arriba a la realidad personal y social?
Escribir acerca de la buena comunicación, no sólo es un reto para quienes desarrollan diversas
estrategias de comunicación, sino también para que los responsables de las
diversas organizaciones comprendan la importancia de usar esta herramienta para
lograr mejores relaciones amicales, ventas, logros, etc., especialmente aplicando
los principios de las relaciones públicas.
En un mundo
cada vez más globalizado, las personas deben conocer la importancia del manejo
de la imagen en las organizaciones, incluyendo a las empresas. Toda
organización es abstracta y sólo funciona mediante las decisiones de las
personas, de tal manera que la empresa será el fiel reflejo de la visión y
misión que tengan los responsables. La imagen de la organización no sólo
depende del líder, sino de todos quienes trabajan en la institución.
En estos tiempos globales la dinámica de la gestión empresarial ha
variado notablemente, y casi los mismos principios de estrategias y tácticas de
guerras convencionales, ahora son válidos para confeccionar programas de
desarrollo organizacional.
En el caso de las relaciones públicas por ser una de las herramientas
que usan las organizaciones para ganar o fortalecer mercados, posicionar
productos y servicios, tener mayores ventas y alcanzar un excelente prestigio,
también ha sido influenciada por el proceso de globalización de los tiempos
actuales.
Las diversas estrategias de la comunicación social son las herramientas
que utilizan las personas para lograr un efecto u opinión favorable para
determinadas causas en las organizaciones. Las relaciones públicas no son
estrategias exclusivas de la actividad empresarial, sino de todas las
instituciones que trabajan con diversos públicos. Las relaciones públicas como
herramienta utilizan a la imagen para construirla en primer lugar, y luego para
posicionarla entre los públicos. Para lograr sus objetivos, en las relaciones
públicas se utiliza “insumos” como la empatía, las percepciones y los
paradigmas.
¿Qué es la empatía? Simplemente es el puente de la comunicación social.
Es ponerse en el lugar de los otros. Es decir, estar al otro lado de la orilla
y ver el panorama que no se ve desde determinada posición. Cuando se considera
a los demás, quiere decir que se están colocando las bases para la “convivencia
y equidad entre los seres humanos”. Todo empresario o emprendedor debe ponerse
en el lado de sus clientes o públicos y ver qué necesidades tiene para
satisfacerlas.
Si hay algo que más hacemos es comunicarnos con otros. La empatía es un
término poco común que llevado a la práctica permite ahorrar tiempo y dinero, y
ser “eficiente” al relacionarnos con los demás. La empatía ayuda a fortalecer
las relaciones interpersonales. El emprendedor debe tener en cuenta este
principio al relacionarse con sus públicos. En el caso de quienes tienen empleados,
deben tratar a los demás como quisieran ser tratados. Esto también ayuda a
generar un adecuado clima laboral, e incluso, puede mejorar la eficiencia de
los trabajadores. No olvidemos que el desarrollo de los hábitos en el nivel
personal constituye la base para la efectividad organizacional.
El emprendedor, al relacionarse con sus
clientes debe tener en cuenta el nivel cultural y académico de ellos. No todos
los clientes son iguales. Ponerse en el lugar del cliente también ayudará a
mejorar la calidad del producto o servicio de las organizaciones.
Sin embargo, es importante saber qué “piensa” el cliente. “Pensar” no es
lo mismo que opinar. Cómo se dice en el Perú, una cosa es con guitarra y otra
con cajón. Las percepciones son importantes. Cuando se aplica una estrategia de
relaciones públicas, es necesario evaluar todas las aristas y posibilidades de
la táctica.
Generalmente, se analiza el impacto o influencia que se logrará, pocas
veces se evalúa qué es lo que “piensa” el cliente. Eso se llama percepción
comunicacional. Ir más allá de lo convencional, lo que, en las viejas
redacciones de los diarios, los editores llamaban “el olfato”, facultad ya
perdida en los actuales medios de comunicación.
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