martes, 29 de agosto de 2017

EL LIDERAZGO FOMENTA EL EMPRENDIMIENTO

Cuando hablamos del liderazgo emprendedor nos referimos a la capacidad que tiene el líder de crear, gestionar, administrar, ordenar, innovar y proyectar una visión para hacerla realidad en el tiempo. Ya hemos visto que el líder no es el que tiene la autoridad o el puesto, ni el más experimentado. El líder es el que influencia a los demás desde la perspectiva del servicio. Creer que el “líder” es quien alza la voz en la oficina y todos obedecen. No necesariamente es el que tiene la posición de gerente o jefe. Una persona puede tener el más alto cargo o rango, pero no ser un líder. Hay quienes no poseen cargo alguno, pero influencian positivamente en los demás por la vida que llevan, he aquí el verdadero liderazgo.

El liderazgo emprendedor no está referido a las actividades productivas o comerciales, sino al carácter de la persona. Aquella que tiene visión de futuro y una actitud proactiva frente a la vida. Por eso, el liderazgo nada tiene que ver con el estilo, estrategia o técnica, sino con la actitud y el carácter.
El liderazgo emprendedor en el presente siglo es un conjunto de virtudes y actitudes que se aprenden para influenciar positivamente en las personas, superar limitaciones y alcanzar retos en los tiempos señalados. ¿Y si no supera las dificultades, ni alcanza las metas establecidas? Un verdadero líder, también reconoce públicamente las razones que impidieron el cumplimiento de los objetivos.
Ahora, no hay que confundir el liderazgo con el emprendimiento. Un líder es un emprendedor, pero un emprendedor, no necesariamente es un líder. Por ejemplo, una persona puede tener una posición de jefatura o gerencia, y tiene la autoridad laboral, pero no el liderazgo sobre los colaboradores o subordinados. Quizá un colaborador o trabajador sea quien influencia más que el jefe.
El liderazgo está basado en la actitud y el carácter, mientras que el emprendimiento en el sacrificio y constancia. El liderazgo es básicamente influencia y si nos referimos al quehacer emprendedor, debemos remitirnos necesariamente al conjunto de características que definen a un emprendedor exitoso. ¿Qué es un emprendedor? Es una persona trabajadora, esforzada, valiente, constante y difícilmente se da por vencida. Hay emprendedores que no tienen visión de futuro. Alcanzaron una meta y ahí quedaron. El líder ve más allá de lo que los otros no miran. No es conformista, sino que sigue adelante, aun cuando en los tiempos de prueba (no difíciles). Un emprendedor tiene dificultades en su vida y pueda ser que éstas hagan variar su camino. Un líder no ve dificultades, sino pruebas que tiene que superar. Visiona escenarios que aún no suceden y se prepara para ello.
Hay conceptos equivocados acerca del liderazgo. No es mandar, tener una jefatura, producir más, tener valores morales, ser rápido, tener lealtad o ser útil. Nada de eso nos lleva al liderazgo emprendedor.
Un jefe podrá tener una posición de jerarquía, pero no la influencia. Los valores religiosos de una persona se pueden resaltar, se podrá producir más, ser rápido y eficiente, tener lealtad y convertirse en “una buena persona”, pero no influenciar en nadie.
Los estudiosos del entrenamiento personal, han llegado a una conclusión que está basada en el liderazgo integral, cuyas raíces está precisamente en la vida de aquellas personas que han trascendido desde la antigüedad hasta nuestros días. Desde esta perspectiva, el liderazgo emprendedor es una dimensión “especial” donde la influencia, la vocación de servicio, el ejemplo, la visión de futuro y el trabajo en equipo confluyen. También la solidaridad, puntualidad, responsabilidad y ante todo la verdad, forman parte de una unidad. Es como una naranja, una sola fruta, pero si se saca la cáscara, hay partes que suman una unidad. Por esa razón, el liderazgo será siempre una dimensión espiritual, no religiosa.
En esa misma línea, la filosofía del liderazgo está basada en la inspiración y no en la experiencia. El verdadero líder inspira a sus seguidores. La experiencia en los diversos campos del quehacer humano puede ser buena, pero hay otros elementos para tomar en cuenta.
Muchos emprendedores creen que su experiencia puede ser aplicable a cualquier
situación. No es así. Si no cambian, pronto quedarán fuera del mercado. La mejor clase de liderazgo emprendedor está en el ejemplo y no en el prestigio, personalidad o posición.
Siempre será un error pensar en cómo funciona el “liderazgo” en tal o cual persona, que puede ser un “líder de opinión” o una autoridad en el mundo corporativo. Insisto, el verdadero liderazgo tiene que ver totalmente con el carácter y no con el estilo.
El liderazgo no es el estilo, ni la técnica, ni la metodología, menos la estrategia, sino el carácter, esa es la verdadera prueba de un correcto y buen liderazgo en el ámbito emprendedor. El verdadero líder es un ejemplo a seguir. En el mundo de los negocios cuando eso existe, se traduce en “Excelencia empresarial”.
¿Qué persona refleja mejor la imagen en la institución? Puede ser la secretaria, el vendedor, la cajera, el gerente, el dueño o la persona que se dedica al aseo o seguridad.
Un emprendedor está llamado a ser un líder en todo el sentido más lato de la palabra.

El liderazgo se aprende, no se nace con ello. Obviamente se requiere desarrollar una serie de habilidades: liderar, comunicar, negociar, delegar, motivar, asistir, enseñar, desarrollar equipo, resolver conflictos, evaluar, reclutar, etc. En algunos casos, hay cualidades en la persona, pero básicamente, si éstas no están orientadas hacia lo correcto, de nada servirá. En el fútbol, Pelé, Diego Armando Maradona, Lionel Messi, Cristiano Ronaldo y Paolo Guerrero, entre otros, tienen tremendas cualidades para mover el balón, pero ellos tuvieron que mejorar sus técnicas para destacar. De lo contrario, habría pasado lo que les ocurrió a ciertos jugadores que hasta salieron en las portadas de los diarios, pero ellos mismos se desprestigiaron por la vida que llevaban. En el liderazgo, ocurre algo similar. Todas las personas tienen cualidades naturales, pero hay que “mejorar” esas virtudes. El líder se hace y no nace.

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